Cómo bajar los niveles de cortisol (o cómo recuperar tu ritmo natural)
El otro día alguien me llamó y me dijo, sin rodeos:
"Patri, quiero bajar mi cortisol."
No me habló de estrés, ni de ansiedad, ni de insomnio.
Me habló directamente del cortisol.
Así que le pregunté:
¿Qué te hace pensar que lo tienes alto?
todo tiene un ritmo, incluso el cortisol
El cortisol es una hormona producida por las glándulas suprarrenales, ubicadas justo encima de los riñones. Su producción está regulada por el eje HHA (Hipotálamo – Hipófisis – Adrenales), y nos aporta energía, foco y capacidad de reacción.
El cortisol sigue un ritmo circadiano, es decir, un ciclo de 24 horas:
Sube de forma natural al amanecer (entre las 6:00 y 8:00 a.m.):
👉 Nos despierta, activa la energía y la concentración.
Desciende gradualmente durante el día:
👉 Esto favorece el descanso y la calma por la tarde.
Debe estar bajo al caer la noche:
👉 Así la melatonina puede subir y ayudarnos a dormir profundamente.
Cuando este ritmo se rompe —por falta de descanso, luz artificial, estrés crónico o una alimentación desordenada— el cortisol puede quedar elevado crónicamente o invertirse (bajo de día, alto de noche), lo que genera desajustes importantes:
Dificultad para dormir
Ansiedad o irritabilidad
Hambre emocional o antojos
Inflamación
Agotamiento del sistema nervioso
ENTONCES, ¿EL CORTISOL EL MALO?
No. El cortisol no es el problema.
Es una hormona esencial para la vida, pero necesita subir y bajar con fluidez.
Y ahí es donde, desde Origen, te podemos ayudar:
- Con movimiento consciente
- Con prácticas de meditación y respiración
- Con alimentación adaptada a tus ciclos
- Con rutinas de autocuidado que propician la relajación y el descanso.
EL EQUILIBRIO NO SE MANTIENE, SE BUSCA CONSTANTEMENTE
El equilibrio no se mantiene solo, se cultiva cada día. Es un acto de respeto hacia nosotros mismos, hacia nuestro cuerpo. Es honrar la escucha y el silencio, porque sólo con escucha y silencio podemos conocer nuestro ritmo: cuando vamos demasiado rápido, cuando hemos empujado nuestros límites, cuando algo no se siente bien.
Y darse tiempo, tiempo para estar en silencio.
Tiempo para hacerse preguntas. Tiempo para escuchar las respuestas.
Qué te conmueve, qué te estremece, dónde te encuentras, dónde te pierdes.
Los perdemos, perdemos esos instantes, en la inmediatez, en la superficialidad, en las prisas, en las obligaciones, en las metas.
Nos perdemos a nosotros mismos, nos perdemos a los demás. Nos perdemos la belleza de lo simple. De lo auténtico. Perdemos el corazón de las cosas. Olvidamos nuestro propio corazón.
No se trata de bajar el cortisol. Se trata de bajar el ritmo y permitirse sentir la respiración.
Suscríbete a mi perfil en Substack para recibir los avisos de mis próximas entradas.