Un puente hacia la meditacion: respiracion, cuerpo y cerebro

La respiración es el puente entre la mente y el cuerpo. La respiración calma la mente, pero también nos conecta con las sensaciones del cuerpo. Este descubrimiento reciente desde la neurociencia, ya lo conocían desde hace miles de años los primeros yoguis y meditadores.

Actualmente, vivimos completamente en la cabeza, entre los estándares de eficiencia, productividad e ideales que nos creamos, las películas que nos contamos sobre nosotros mismos, la exigencia de llegar a las tareas y obligaciones diarias, y la sobreestimulación de la sociedad en la que vivimos.

No se si lo has notado, pero cuanto más estamos en la mente, más nos sentimos encajonados, hay una sensación como de falta de espacio, también la perspectiva se cierra, se va generando cierta rigidez. Cuando llevamos mucho tiempo haciendo un esfuerzo mental trabajando o estudiando, necesitamos salir al aire libre e inmediatamente, parece que la mente se expande, hay espacio de nuevo. ¿Lo has notado alguna vez?

Esa rigidez que genera vivir en la mente, se revela también en el cuerpo, éste se cierra, por lo que la respiración se cierra también. Cuanto más vivimos desde la mente, más nos alejamos de las sensaciones del cuerpo. Estar en la cabeza implica dejar de sentir el cuerpo. La mente tiene otro ritmo y nos arrastra a ese ritmo frenético. Los pensamientos son más burdos y rápidos que las emociones, que son sutiles, lentas y susurrantes.

Encerramos en nuestro propio mundo, entre preocupaciones, quehaceres y exigencias, tiene muchas consecuencias. Se nos van los días, perdemos la simpleza, lo sencillo, nos quedamos sin tiempo ni siquiera de mirar y escuchar al otro. Por supuesto, tampoco nos escuchamos a nosotros mismos. Nos nos damos el tiempo, el ritmo ni el espacio necesario para la escucha de la emoción, de la sensación, para la conexión con nosotros mismos.

Cuando fue la última vez que te preguntaste ¿cómo me siento hoy? No se trata de responder desde la mente, no se trata de darnos una respuesta racional. Sino de dejarnos sentir.

EL CEREBRO SESGA LA INFORMACIÓN QUE RECIBE

A pesar de vivir en la mente, normalmente en modo multitarea, el cerebro no es capaz de procesar todos los estímulos que recibe alrededor. Tiene unos criterios basados en nuestra historia y expectativas, y conforme a ello, elige una información determinada, sobre otra. Es decir, el mundo es interpretado bajo nuestros filtros y de esta manera, se conforma “nuestra realidad”. Cada persona puede interpretar los mismo estímulos de manera completamente diferente, por lo que existe una realidad por cada persona.

Pero lo curioso es que a nuestro cerebro no le importa si somos felices o no, no va a elegir la información que procesa bajo este criterio, sino que se basa en aquello que resuena, reafirma y encaja en sus patrones previos sin importarle si nos genera bienestar o no.

En sánscrito esto se llama samskaras y vasanas.

LAS IMPRESIONES DE LA MENTE

La palabra en sanscrito “samskara” significa “huellas” o “impresiones”.

“Sam” significa bien planeado. “Kara” significa “acción tomada”.

Según Pandit Rajmani Tigunait, maestro de meditación y filosofía “samskara significa "la huella, el impacto de la acción que realizamos con total conciencia de su objetivo". Cuando realizamos tal acción, se deposita una huella o impresión sutil en nuestro campo mental. Cada vez que se repite la acción, la huella se marca más, se vuelve más fuerte. Así es como se forma un hábito. Cuanto más fuerte es el hábito, menos dominio tenemos sobre nuestra mente cuando tratamos de ejecutar una acción que es contraria a él. Cuando nuestros patrones de hábitos se arraigan tanto que alteran la química de nuestro cuerpo, los llamamos adicción. Cuando se vuelven lo suficientemente fuertes como para alterar nuestro proceso de pensamiento, los llamamos samskara. En esta etapa ya no recordamos cuándo ni cómo comenzó el proceso. Cuando nuestro mundo mental está totalmente bajo la influencia de estas poderosas huellas, ellas se convierten en los factores determinantes de nuestra personalidad y, debido a dichos samskaras, percibimos este mundo de la manera en la que estamos acostumbrados”.

Cuando el contenido de nuestra mente colorea la percepción de nosotros mismos y de los demás, los samskaras se denominan vasanas. Vasana significa agente coloreante, color.

¿De qué color quieres ver el mundo? ¿Gris, rosa… ? Yo elijo verlo multicolor.

Hay múltiples colores y sabores en la existencia, y la mayoría de las veces sesgamos, negamos y rechazamos determinadas sensaciones.

Las sensaciones son algo físico. La alegría, la tristeza, la ansiedad, el estrés, la pena, la culpa, la excitación… son algo físico, se siente en el cuerpo. Hay personas a las que les da un ataque de ansiedad, y no entienden qué les está pasando, su mente no lo racionaliza. O quizás en algún momento de nuestra vida tenemos una sensación de bienestar absoluta, pero no reconocemos que se trata de plenitud, porque eso antes no ha sido registrado en el cerebro y pasa de largo sin darle la importancia y vivirlo como merece.

Debemos traer la atención al cuerpo, establecer un diálogo, permitirnos escuchar y sentir cualquier cosa que éste quiera hacernos ver. En lugar, de eso, en ocasiones, tomamos medicamentos para paliar y acallar las sensaciones tan valiosas que nos brinda.

Igual que queremos escuchar lo que tiene que contarnos nuestro mejor amigo cuando hace meses que no lo vemos, el cuerpo y lo que nos cuenta, debería ser de máximo interés y curiosidad para nosotros.

LA RESPIRACIÓN COMO PUERTA A LAS SENSACIONES DEL CUERPO

¿Cómo respiras? ¿Te abres a recibir la respiración, o le cierras el espacio? ¿Te abres a sentir la vida? Con qué actitud vivimos nuestro día a día.

Según la filosofía no dual del tantrismo clásico, todo en la existencia es divino. Todo es Conciencia, una conciencia plena y completa, pero digamos que se aburre ¿no te pasaría lo mismo que lo tuvieras y supieras todo? Así que esta Conciencia decide experimentarse a sí misma, y se contrae un diferentes fragmentos. Es como si extraemos miles de colores de la luz blanca a través de un prisma. Todos esos colores pertenecen a un mismo rayo de luz, pero se experimentan en diferentes tonalidades. La Conciencia entonces se autolimita para poder tener experiencias y a través de esas experiencias disfruta de conocerse a si misma. Ese conocimiento hace que se expanda continuamente.

 

Observa ahora tu respiración, hay movimiento. Siempre que hay movimiento hay vida. En el movimiento no hay rechazo, hay fluidez, se trata de mantenerse abierto a que las cosas se muevan y toman diferentes formas.

Ahora bien, desde la perspectiva no dual no se reconoce la separación entre el cuerpo y la mente. Las sensaciones, la experiencias surgen en el cuerpo, pero están conectadas con la mente. Al permitir que la mente se aquiete con la respiración, podemos sumergirnos en la experiencia corporal.

SISTEMA NERVIOSO Y RESPIRACIÓN

La respiración está regulada por el sistema nervioso autónomo, algunos circuitos neuronales y la médula espinal.

El sistema nervioso autónomo se divide en sistema nervioso simpático, que regula la “lucha o huida” y el parasimpático que regula la relajación y la restauración y recuperación de los sistemas.

La respiración lenta y profunda incide especialmente en el sistema nervioso parasimpático, induciendo a la relajación.

La relajación del sistema nervioso lleva al descenso de las fluctuaciones mentales, que lleva a un estado de receptividad en el que podemos observar y sentir las sensaciones del cuerpo y empezar a ser más consciente de nosotros mismos, lo cual nos permite la autorregulación emocional.

ALGUNAS MEDITACIONES BASADAS EN LA RESPIRACIÓN

En yoga y meditación hay muchas técnicas de respiración y técnicas de meditación basadas en la regulación de la respiración. Los antiguos yoguis ya sabían todo esto y mucho más sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo-mente.

Estas es un práctica que puedes hacer en casa, cuando sientas que estás demasiado en la mente y quieres recuperar la conexión con el cuerpo y las sensaciones a través de él.

  1. Siéntate en una postura cómoda, toma una inhalación profunda y exhala largo y suave. Mantén la atención en la respiración, y cuando inhalas repite internamente “estoy inhalando” y cuando exhalas repite internamente “estoy exhalando”. Aunque al principio puedas sentir esto un poco tonto, esta práctica ayuda muchísimo a tomar conciencia de cómo respiramos y de que estamos respirando.

  2. Respiración circular (svarodaya): al inhalar visualiza o siente la respiración subiendo de la base de la columna hasta la cabeza, y al exhalar desde la coronillas hasta la base de la columna.

  3. Meditación en el corazón (hrdaya-dhyana): imagina que la respiración se origina en el centro del pecho y desde ahí se irradia hacia todo tu ser circunferencialmente, hacia todo tu ser, cargada de amor y compasión.

  4. Visualiza la apertura de un loto (padma pranayama): visualiza que tu respiración es como la apertura y cierre de los pétalos de un loto. Con la inhalación imagina que los pétalos de loto se abren gradualmente, revelando un nócleo interior lleno de luz, amor y compasión. Con cada exhalación visualiza que los pétalos se cierran suavemente.

Estas meditaciones nos sirven para cultivar una actitud recursiva (nuevos samskaras). Recuperar el puente mente, cuerpo, respiración, y recorrer ese puente con asiduidad.

 

Para continuar profundizando en este fascinante tema que es el funcionamiento de nuestro Ser y practicar éstas y otras técnicas de meditación consulta nuestro horario la clase semanal de meditación en Origen Escuela de Yoga.

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